La fotografía venezolana registra en blanco y negro el cambio de paisaje de Walter Smitter declara #Proyecto Ciudad Compartida. 

#EsNoticia // (Especial- Radio Catabre 99.3 FM – 8M/YM/Grafica Luis Perdomo) 

El escrúpulo larense  vio nacer un 15 de mayo de 1944 al fotógrafo Walter Aquiles Smitter Delima, cuya trayectoria de más de 70 años, dedicado al registro  fotográfico, social, histórico, cultural del país, además de la formación, divulgación e investigación lo llevaron a transcender más allá de las fronteras venezolanas,  y ser una figura de relevancia para ONG´s como la National Geographic, entre otras organizaciones. 

Estudio en el Colegio San Ignacio de Caracas y egresó de Administrador de la Universidad de Carabobo, realizando en paralelo  sus primeros trabajos de investigación fotográfica e incidiendo positivamente en los jóvenes quienes siguieron sus huellas. 

Un hombre de altas virtudes, una capacidad  intacta para socializar con los sujetos, quienes  muchas veces fueron sus «objetos de interés fotográfico» , alegre, jovial y con una gran capacidad para consolidar 

amistades, «locuro» como acostumbra llamar a sus colegas y amigos, con una asombrosa memoria para recordar las fechas de nacimiento de sus pares, fueron su «directorio personal» para reconocer a tantas amistades y fotógrafos que pasaron  por  sus asesorías y formación. 

Entre su haber se encuentra la publicación del libro Marahuaka con National Geographic, ente con la que participó entre los pocos latinoamericanos y venezolanos que tienen expediciones al Kilimanjaro y a los Himalayas. 

Desde la gran Patria  Latinoamericana, las voces por su partida se hicieron sentir, Miguel Moya desde Montevideo, Uruguay, señala: «En el silencio de este momento, mientras las sombras de la despedida se alargan sobre este vasto lienzo de nuestras almas, recordamos al amigo Walter que ahora nos deja. Un padre, fotógrafo, humanista, un contador de historias con la luz y el corazón que lo caracterizaba. Walter amigo un gran honor el haberte conocido y desde lo más profundo te deseo que tu viaje hacia lo desconocido sea ligero y que esté lleno de luz, de belleza, y de amor».

En este sentido,  sigue expresando, «Que su memoria perdure en cada imagen que capturó y en cada corazón que tocó con suma humildad.  Adiós, querido amigo, nos vemos en el eterno revelado de la vida». 

Para Francisco Colina, desde Argentina, el cambio de plano del maestro  se percibe como una sorpresa que de inmediato dibuja las primeras imágenes registradas al Walter Smitter soñador  y alegre  por celebrar la vida «Mí amigo Walter, qué difícil es chocar de frente con la noticia de tu partida, aún no lo asimilo, aún te imagino programando tu próxima aventura cámara en mano, esas mismas que te llevaron a lugares espectaculares del planeta, pero nunca dejaste de maravillarte con las sonrisas de la gente común, le hacías fotos y le decías ‘tienes una sonrisa muy bonita’. Encontraste atractivo en lo más simple de la vida, a dónde ibas enamorabas con tu forma y luego reforzabas con una llamada el día del cumpleaños, entrar a las casas como un desconocido y salir como el mejor de los amigos y sin querer que terminara ese momento fue tu rutina. Fue difícil no quererte Walter y más difícil olvidarte. Allá en el oriente eterno nos veremos mí querido amigo»

Del blanco al negro, pasa por la escala de grises llena de texturas, donde se trasluce el color y alegría que brindó Walter en su paso por este plano terrenal.

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